“América de cabo a rabo”, de J.L. Castillo-Puche
- Jul 21, 2011
- En: Periódico Siete Días Yecla
“América de cabo a rabo”. Edición: V Centenario. Comisión deMurcia. Con dibujos del pintor Aurelio y edición a cargo del profesor Dr.Victorino Polo García, dentro de laColección Carabelas.
El texto que aquí se nombra es un trabajo periodístico realizado como un libro de viajes, en él se muestra al lector, no sólo el recorrido por los países de América a los que viajó nuestro ilustre yeclano, sino que además se recrea en las costumbres y en el habla que se utiliza en ellos. El autor se ganó la vida en este viaje dando conferencias y participando en cursos de universidades, al igual que otros escritores hicieron antes y después que él. Durante un año y tres meses se dedicó a recorrer América y relata, dividido en catorce países, sus impresiones. En las guardas o contra tapa, se dice que cuando volvió de este viaje se publicaron los artículos en folletines, en un diario de Madrid y algún capítulo fue prohibido por la censura de Franco, pero, sin embargo, el libro, cuando se editó como tal, se agotó muy fácilmente, tal era en ese momento el interés por América. No hay que olvidar que Castillo-Puche dedicó muchas horas al periodismo y en este libro deja huella nítida de la fluidez de su pluma en este oficio. Es, pues, un libro ameno y de fácil lectura, que lleva, en esta edición, los dibujos del pintor Aurelio de Murcia, una hija de este pintor dio clase de francés en el Instituto Castillo-Puche no hace muchos años.
Este libro de Castillo-Puche no sé si es muy conocido a nivel local pero me consta que para una saga de periodistas que tienen a Hemingway como ejemplo, el trabajo que hizo nuestro paisano es su libro de cabecera. Hay anécdotas que ilustran claramente la evolución de la forma de viajar, Castillo-Puche va contactando en los países que recorre con personas que son conocidos suyos o de amigos «Conocidas de nombre, por supuesto» y con paisanos o empresas españolas que están trabajando en esos países como en el caso de Argentina y su contacto con la Empresa de Alcoy «Papeleras Reunidas». Muchas veces se llega a encontrar perdido porque esos contactos son tan débiles que no existen y tiene que buscar otros nuevos a mitad de noche en países y años en los que no siempre funcionaban las telecomunicaciones, no hay que olvidar que el viaje lo hizo desde el día 30 de junio de 1957 al 24 de agosto de 1958.
Dentro de este espíritu viajero se hallan las imágenes que no hace mucho se expusieron, dentro de una gira mundial, en la Casa-Museo Azorín en Monovar de un ilustre viajero como fue Jorge Luis Borges, unas fotografías realizadas por su mujer, María Kodama, cuando Borges ya no veía ya las que éste les juntó sus palabras para iluminar los múltiples detalles que aparecen en los viajes. «El Atlas de Borges» que es como se llama la exposición, es una forma diferente de ver ciudades emblemáticas disfrutándolas con sus ojos de ciego y con su prosa sensible y enigmática. Actualmente los viajes son una fuente de ingresos para las economías de los países, aparte de que, como ya se conocía en la antigüedad, los viajes son una de las mayores fuentes de conocimiento para los propios viajeros y en este sentido las universidades con sus intercambios, sus proyectos Erasmus, Seneca y demás, las becas del MEC para aprender idiomas o las asociaciones universitarias como Aegee que permiten realizar recorridos y estancias por casi todos los países europeos y las ofertas de vuelos para viajar, están creando una red de viajeros que aunque no ilustran en los libros sus experiencias, si dejan en»Facebook», «Tuenty», blogs o páginas de internet sus impresiones y las foto-grafías que van realizando y que acompañan sus palabras o, inclusolas sustituyen, para dar a conocer a otros compañeros esos lugares, escondidos o no, que han hollado y que han dejado memoria en las retinas. También hay que nombrar los viajes de voluntariado para casi cualquier oficio en zonas desfavorecidas, en las que echar una mano es otra forma de adquirir conocimiento y escribir las experiencias aparte de ser fundamental como memoria del trabajo realizado, no deja de tener un efecto balsámico. Hoy en día los viajes no se transcribenal papel como en el siglo XIX, el siglo de los grandes libros de viajes y viajeros, en el que lugares como el continente africano o el asiático o Australia y las islas del archipiélago de Filipinas eran sitios donde la imaginación se desbordaba y adquirían valor de mito como destino del viaje, o Grecia, Egipto y Turquía que junto a las antiguas islas del Mediterráneo como Malta o Chipre van cobrando un nuevo protagonismo que viene a acrecentar el que pudieran haber dejado de tener y vuelven a ser punto de encuentro como lo fueron durante siglos, siguiendo los pasos de uno de los primeros escritos que se puede considerar libro de viajes: «La Odisea» y que ha sido la base para muchos de los que han surcado el Mediterráneo tras la estela del mítico Ulises y, para otros, que leyéndolo, han recorrido otras lecturas que no dejan de ser viajes sin movimiento. Hoy en día los libros de viajes llevan el marchamo de guías y acompañan los pasos del conocimiento o pueden ser novelas o biografías que señalan un camino que cada viajero sigue dependiendo de su interés, lo que no deja más que desear: «Buen viaje, lector» o «Buena lectura o escritura, viajero».